viernes, 1 de noviembre de 2013

[Aeropuertos]



Cada vez que pienso en los aeropuertos se me ocurren mil maneras de definirlos. Podría optar por la definición académica. Según la RAE, el aeropuerto es “un terreno llano provisto de un conjunto de pistas, instalaciones y servicios destinados al tráfico regular de aviones.” Pero me parece que lo que algunos buscamos es ir más allá y encontrar la verdadera esencia de esta palabra, tan simple y tan compleja a la vez.

Reflexionar sobre la mezcla de sentimientos, personas, ilusiones, miedos y esperanzas que hay en los aeropuertos podría ayudarnos. Son esos sitios que amamos y odiamos a la vez, en los que reímos y lloramos. En definitiva, donde hasta el más mínimo gesto se queda para siempre en nuestros corazones. 

Desgraciadamente, parece que hasta que no tenemos lejos a las personas queridas no las valoramos lo suficiente. Y sí, es una frase muy típica, pero ¿alguna vez os habéis parado a pensar en todo lo que vuestros padres, hermanos o amigos significan para vosotros? ¿Alguna vez, sin motivo alguno, habéis demostrado vuestros sentimientos sin miedo? 

Parece ser que ahora lo que está de moda es hacerse el insensible. Nos lo guardamos todo en el fondo de ese pequeño corazón que está harto de aguantar nuestras estupideces. Delante de los demás siempre estamos bien, pero en la soledad de nuestras habitaciones analizamos hasta el más mínimo detalle de lo que sentimos. Típicas frases como “si no me habla es porque no le importo”, “¿y si no le gusto?”, “¿y si tiene novia/o?” (y la lista es infinita) hacen que no disfrutemos de la esencia de la vida. Queremos que todo nos salga perfecto a la primera de cambio, sin esfuerzos, sin errores, sin torpezas. 

Pero ya va siendo hora de que despertemos de una vez y dejemos que el corazón hable, sin miedo a fallar. Las oportunidades se nos presentan en la vida por algún motivo y no debemos desperdiciarlas. Nadie hará las cosas por nosotros y tenemos que decidir si vamos a ser de los que esperan a que pase un milagro o de los que hacen algo para que pase.


Hagamos que cada instante sea tan intenso como lo son los abrazos y los besos en los aeropuertos. 

Disfruta de cada momento: con amor, con dulzura, lento, rápido, sin miedo. Como quieras, pero ¡hazlo!
 


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